En el siguiente fragmento de un documental de la CNN, se demuestra como los abusos sexuales cometidos contra niños en el seno de la Iglesia Católica, lejos de ser casos aislados y responsabilidad única de los sacerdotes que cometieron dichos abusos, eran conocidos por la jerarquía católica, incluyendo al actual papa Benedicto XVI.
En lugar de poner freno a los abusos y colaborar con las autoridades civiles para que los culpables acabasen en la cárcel, prefirieron ocultar los casos y trasladar a los culpables a otras parroquias, para, en palabras del propio Ratzinger, proteger a la iglesia universal.
Semejante comportamiento por parte de los jerifaltes de cualquier otra organización, traería consigo casi con toda seguridad la ilegalización de dicha organización, o cuando menos, una investigación judicial seria y posterior cumplimiento de condena por parte no solo de los pederastas, si no también de sus encubridores. Pero queda claro que en el mundo occidental, y más en España, papas y obispos están al margen de la ley.
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